Que tu gato vomite es normal, usualmente porque expulsan bolas de pelo. Pero si es una conducta reiterativa hay que prender alarmas, entérate de cuándo deberías preocuparte y llevarlo al veterinario.
Si tu mejor amigo es un gato ya debes estar acostumbrado a que vomite de vez en cuando. Puede
que lo haga después de comer o para botar alguna bola de pelo. Sin embargo, si ves que tu gato
vomita más de una vez a la semana, o si el vómito está acompañado de otros síntomas, podría
significar algo más grave. Sigue leyendo para conocer las razones más comunes por las que puede
vomitar un gato y qué hacer para evitarlo.
Las razones por las que los gatos vomitan pueden ser muchas. Algunas no tienen importancia y son
normales, como botar bolas de pelo después de haberse acicalado, pero a veces el vómito puede
indicar una enfermedad o intoxicación por lo que debes estar atento y nunca pasarlos por alto.
El color y el contenido del vómito pueden ser reveladores de la causa. Las bolas de pelo a menudo
están acompañadas de baba y espuma, pero un vómito amarillo espeso puede indicar un problema al hígado, sobre todo cuando se acompaña de otros signos como la pérdida de apetito, letargo o cambios en la conducta habitual de tu peludo.
Algunas razones por las que tu gato puede vomitar son:
1. Comer demasiado rápido:
Este problema es común en hogares con varios gatos, donde se alimentan juntos y sienten
que necesitan competir por el plato de comida. También pueden hacerlo cuando están nerviosos y
ansiosos, por ejemplo, porque se quedan solos mucho tiempo o ha habido un cambio en su entorno.
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2. Curiosidad
Después de las bolas de pelo esta es la segunda causa más común. La curiosidad los lleva a comer
cosas que no son capaces de digerir o que irritan su estómago haciéndolos vomitar. Es el caso de flores, plantas, hierbas, papel higiénico e incluso juguetes. Si ves que muestra signos de malestar,
dolor, maullido excesivo o sigue vomitando, llévalo inmediatamente al veterinario para descartar que
haya comido algo venenoso o que requiera cirugía para sacar restos de lo que haya comido de su
estómago.
3. Alergias
Son un problema muy común en las mascotas, un gato alérgico o intolerante a uno o más ingredientes en su comida la vomitará. Los alérgenos de los alimentos para gatos más comunes son la carne de vacuno, el pescado, los huevos, el trigo y la leche. Puede ir acompañado de diarrea, caída de pelo y rascado excesivo. Si ves estos signos, consulta al veterinario.
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4. Virus, bacterias y parásitos
Cualquiera de estos tres puede hacer que tu gato vomite y se deshidrate. En general, además de vómito, presentan diarrea con o sin sangre y mucosidad, fiebre, aletargamiento y pérdida de apetito. Si observas estos signos o cambios conductuales en tu peludo, debes consultar al veterinario.
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5. Enfermedades sistémicas o metabólicas
Aunque la mayoría de las veces no indica nada grave, hay ocasiones en las que el vómito podría ser síntoma de una serie de enfermedades. Entre ellos se encuentran la insuficiencia hepática, enfermedad renal, enfermedad del intestino irritable, gastritis, diabetes, hipertiroidismo, enfermedad de las glándulas suprarrenales y cáncer.
6. Veneno
Cuando un gato come algo venenoso, los mecanismos de protección de su cuerpo se activan para deshacerse de la toxina, generalmente a través de vomitar. Los venenos comunes incluyen algunos alimentos para humanos como el ajo y la cebolla, las plantas de savia lechosa como las calas o los gomeros, medicamentos para humanos, e insecticidas.
Consejo:
El color y el contenido del vómito pueden ser reveladores de la causa. Las bolas de pelo a menudo están acompañadas de baba y espuma, pero un vómito amarillo espeso puede indicar un problema al hígado, sobre todo cuando se acompaña de otros signos como la pérdida de apetito, letargo o cambios en la conducta habitual de tu peludo.
El tipo de vómito más fácil de evitar es el por bola de pelo. Cepilla a tu peludo regularmente,
mantenlo activo y aliméntalo con una nutrición equilibrada. Existen además comidas y pastas para
facilitar la eliminación del pelo que tragan al acicalarse.
Modifica sus hábitos de alimentación para que coma lento. Aliméntalo siempre a la misma hora y
dale la porción que corresponde. Si observas que hay mucha competencia entre los gatos,
aliméntalos por separado o a diferentes alturas. Si sigue comiendo demasiado rápido, puedes utilizar
un plato especial tipo laberinto o comida que tenga tamaño de pellet más grande y crujiente.
Procura que tenga agua fresca siempre a disposición.
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Si sospechas de una alergia o de alguna enfermedad al hígado o riñones el veterinario puede recomendarte un alimento especial, luego de un diagnóstico adecuado. Procura hacer los cambios de tipo de alimento en forma gradual, para no provocar transgresiones alimentarias y no abusar de los premios y golosinas.
Para evitar las enfermedades por bacterias, virus y parásitos, asegúrate de mantener sus vacunas y
desparasitaciones al día. Retira de su plato los restos de comida que deje y descártalos, para que no
se llenen de insectos ni vaya a comer pellet descompuesto o rancio. Lava periódicamente sus platos
y juguetes.
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Debes estar siempre atento al contenido del vómito y a la frecuencia. Si es más de tres veces en un mes, debes consultar con el veterinario para descartar que tu mejor amigo sufra de alguna
enfermedad o alergia.
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