El pekinés es conocido en China desde el año 700 d. C. y su popularidad es atribuida al crecimiento del budismo. Estaba reservado exclusivamente para los miembros del Palacio Imperial Chino, siendo atendido por eunucos y el robo o la venta de un pequinés era castigado con la muerte.
Llegó a Europa en 1860, cuando algunos oficiales ingleses dieron algunos especímenes como regalo a la reina Victoria.
Es un perro pequeño, sedentario, de pelaje lanudo que requiere de cuidado y atención por parte de su dueño.
Puede ser obstinado y tener conductas de ladrido excesivo o destructivas. Es desconfiado con los extraños y no tiene mucha paciencia con los niños pequeños.
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Es un perro inteligente, vivaz, valiente, independiente, digno, con una gran dosis de terquedad.
Es juguetón con los que conoce. Con los extraños es desconfiado y no tiene paciencia con los niños.
Su pelaje es moderadamente largo, recto, abundante. La capa externa es áspera y la lanilla interna es densa y más suave. Su color puede ser cualquier tonalidad de café claro.
Baja.
Requiere de peinado al menos dos veces al día.
Limpieza diaria de pliegues.
Bañar una vez por mes.
2 paseos de caminata suave diarios de aproximadamente 20 minutos o su equivalente de juego suave en el hogar.
El pekinés es perfecto para quienes viven en departamento, casas, espacios pequeños.
Examen oftalmológico anual.
Alimentación que prevenga la formación de cálculos.