El gato Birmano es también llamado “gato sagrado de Birmania” debido a la leyenda que cuenta que eran venerados por los monjes budistas.
Esta raza llegó a Francia a principios del siglo XX y fueron los franceses los que consiguieron mantener la pureza genética de la raza, cruzándolos con Persas e Himalayos.
Como característica inconfundible, tienen los ojos azules grandes y almendrados y las patas blancas. Nacen de color blanco y adquieren su color definitivo a los 3 meses.
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Los gatos Birmanos son sociables, amorosos, dóciles y fáciles de domesticar.
Son gatos activos pero no en extremo, por lo que hay que estimularlos para que se ejerciten y así evitar su obesidad.
Son adecuados para vivir en familias con niños, son calmados y pacientes con ellos. Demandan de cariño y atención.
El gato Birmano nace de color blanco y a los 3 meses se define el color de su pelaje. Es de pelo largo y suave y puede ser de color frost (gris claro), azul, chocolate, seal (foca), rojo, crema, cinnamon (canela), lila y fawn (leonado). Sus patas siempre son blancas.
Alta.
Cepillado dos veces al día.
El espacio ideal para el Birmano es una casa o departamento, se adapta a pequeños espacios.
Dieta balanceada y que prevenga formación de cálculos.
Estimular el ejercicio diario.
Examen oftalmológico anual.